En Excelente Compañía, cada botella encierra algo más que mezcal: lleva consigo el alma de quienes lo elaboran....

Conoce a nuestros Compañeros
Más que productores, son guardianes de la tradición, personas que han crecido junto al agave y que entienden su ritmo, su lenguaje y su espíritu. En cada paso, hay pasión, conocimiento y un profundo respeto por la tierra oaxaqueña.
Historias compartidas, pasión colectiva
Maestría heredada
La mayoría de nuestros Compañeros aprendieron el arte del mezcal en casa, desde pequeños, observando a sus padres, abuelos o tías en los palenques. No se trata solo de técnica, sino de intuición y conexión con la naturaleza, afinadas a lo largo de los años.
Un vínculo con la tierra
El trabajo en el campo no se limita a la cosecha. Desde el cultivo del agave hasta la elección de la leña para la cocción, cada decisión es una forma de diálogo con el entorno. Nuestros Compañeros conocen los ciclos de la tierra y respetan su tiempo.
El valor del trabajo artesanal
Moler con tahona, fermentar al aire libre, destilar con paciencia... Nada se acelera, nada se automatiza. El mezcal se hace como antes, con esfuerzo físico, dedicación y una sabiduría que no se enseña en libros. Cada lote es único porque cada jornada también lo es.
Comunidad, compromiso y orgullo
Nuestros Compañeros no solo producen mezcal; construyen comunidad. En sus manos no solo está el futuro del agave, sino también la continuidad de una cultura viva. Trabajamos hombro a hombro con ellos para asegurar que sus prácticas sean valoradas, sus historias contadas y sus esfuerzos justamente recompensados.
Más que mezcal: una historia colectiva
Cada botella de Excelente Compañía es una celebración de la gente que hace posible lo imposible: transformar el agave en un espíritu lleno de identidad, carácter y profundidad. Brindar con nuestro mezcal es reconocer ese trabajo, ese tiempo y esa pasión.
¿Listo para descubrir el verdadero origen de cada trago?
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