En Excelente Compañía, cada botella encierra algo más que mezcal: lleva consigo el alma de quienes lo elaboran. Nuestros Compañeros son las manos y los corazones detrás de cada destilación, portadores de un legado que se transmite generación tras generación.

En Oaxaca, la vida se celebra con alma, música y fuego. En Excelente Compañía, creemos que el mezcal no solo se bebe, se comparte, se honra y se convierte en un símbolo de unidad en cada fiesta importante. Desde bodas hasta mayordomías, desde nacimientos hasta despedidas, el mezcal es testigo y parte del ritual.

En cada rincón de Oaxaca, el mezcal es más que una bebida: es herencia viva. En Excelente Compañía, celebramos ese legado transformando el agave en esencia pura mediante un proceso artesanal que honra la tierra, el tiempo y el saber ancestral.

En las montañas y valles de Oaxaca, donde el tiempo se mide con paciencia y los paisajes guardan la sabiduría de generaciones, nace el alma del agave. Aquí, cada gota de mezcal es un tributo a la tierra, al sol, y a una cultura que vive, respira y se comparte.